¡Vale!
¡ Vale !, d el libro Subiendo la cuesta. Cuando Silvia se encuentra muy agobiada por su tristeza, intenta calmarse imaginando que algo sobrenatural puede acudir en su ayuda. Ella quiere creer en algo: en una fuerza sobrehumana, en un ser superior de larga barba blanca, en un extraterrestre pequeño y verde…, incluso le da igual que ese salvador sea rosado o amarillo. De a ratos también siente que esperar un milagro no debería ser algo imposible para ese Cristo del que tanto le hablaron la hermana María del Rosario y el padre Lucas. Eran los primeros días de octubre de 2022, un lunes como cualquier otro; durante el viaje pensó que recién recibiría su sueldo la siguiente semana, si la patrona no se demoraba. Mientras estaba haciendo las monótonas tareas que le imponía su trabajo, Silvia imaginó que un cartero llamaba a su puerta y le entregaba una misiva proveniente de España. La abría con impaciencia y encontraba, junto a unas pocas líneas: el pasaje, la entrada al último concierto de Jo